
Pekín, China – China ha anunciado la imposición de nuevas medidas anti-dumping sobre las importaciones de brandy procedentes de la Unión Europea (UE), en lo que se percibe como una respuesta directa a los recientes aumentos arancelarios del bloque europeo sobre los vehículos eléctricos chinos. La medida representa un nuevo capítulo en la guerra comercial entre China y la UE, afectando particularmente a marcas francesas emblemáticas como Hennessy y Rémy Martin.
El Ministerio de Comercio de China justificó la decisión al afirmar que, tras investigaciones preliminares, el sector nacional de brandy está siendo “amenazado con un daño sustancial” debido a las prácticas de dumping por parte de empresas europeas. Según el gobierno chino, existe una relación causal entre este dumping y los daños que enfrenta la industria local.
La medida golpea directamente a los principales exportadores de brandy en Europa, como Rémy Cointreau, propietario de Rémy Martin, y Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), dueño de Hennessy. Las acciones de ambas compañías se desplomaron tras el anuncio de China, con Rémy Cointreau cayendo un 8.11% y LVMH descendiendo un 4.07% en las primeras horas de la jornada bursátil del martes.
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A partir del 11 de octubre, los importadores chinos de brandy europeo deberán hacer frente a la obligación de pagar depósitos de seguridad que podrían alcanzar hasta el 39% del valor total de importación. Para Rémy Martin, esta tasa será del 38.1%, mientras que Hennessy deberá pagar el máximo establecido de 39%. Aunque estas medidas son temporales, se espera que tengan un impacto significativo en las ventas de brandy europeo en China, un mercado clave para estas marcas de lujo.
Francia es el país que más sufrirá con esta nueva política arancelaria, dado que el 99% del brandy importado por China en 2023 procedía de este país. Esta decisión se suma a las ya existentes tensiones comerciales entre ambas partes, y podría ser solo el primer paso en una serie de restricciones sobre productos europeos. Entre otros productos franceses destacados en las exportaciones hacia China se encuentran cosméticos y aeronaves, lo que sugiere que más sectores podrían verse afectados si las tensiones continúan escalando.
El nuevo arancel sobre el brandy sigue al reciente anuncio de la UE de imponer aranceles de hasta el 45% sobre los vehículos eléctricos fabricados en China. Esta decisión de Bruselas fue criticada por el gobierno chino, que considera que las medidas del bloque son una forma de proteccionismo que obstaculiza el comercio justo. A medida que las tensiones aumentan, China ha insinuado que podría expandir las medidas arancelarias a otros productos europeos, incluyendo carne de cerdo, productos lácteos y vehículos.
Las marcas alemanas de automóviles, como Mercedes-Benz, Audi y BMW, podrían ser las siguientes en sufrir las consecuencias, ya que China es uno de sus principales mercados y muchas de estas empresas cuentan con instalaciones de producción en el país asiático. Una escalada en las medidas retaliatorias podría causar serios perjuicios a la industria automotriz europea, especialmente en un momento en que ya enfrenta desafíos significativos debido a la transición hacia los vehículos eléctricos.
Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell, comentó sobre la situación, destacando que las disputas comerciales entre China y Europa se centran en acusaciones de competencia desleal y proteccionismo. “China ha impuesto medidas anti-dumping sobre el brandy importado de la UE, lo que ha provocado una fuerte caída en las acciones de grandes empresas de bebidas como Rémy Cointreau, Pernod Ricard y Diageo“, señaló Mould.
El aumento de los aranceles podría repercutir directamente en los precios de los productos en el mercado chino, lo que, según expertos, podría llevar a una caída en las ventas si los consumidores optan por alternativas más económicas. Esta incertidumbre ha generado preocupación en los mercados financieros, que ya venían sufriendo la volatilidad derivada de las tensiones comerciales globales.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos entre Bruselas y Pekín para llegar a un acuerdo comercial que beneficie a ambas partes, la reciente decisión de China de imponer aranceles al brandy europeo es un claro indicativo de que las fricciones están lejos de resolverse. Con cada nueva medida, tanto China como la UE endurecen su postura, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales entre ambas potencias.
La posibilidad de que se amplíen los aranceles a otros productos, como los vehículos y los productos alimentarios, mantiene en alerta a las empresas europeas que dependen del mercado chino. La falta de un acuerdo podría no solo afectar el comercio bilateral, sino también tener un impacto significativo en las economías de ambas regiones, en un momento crítico para la recuperación económica global.