
El gobierno de Italia ha dado a conocer su ambicioso Plan Estructural de Presupuesto (PSB), diseñado para abordar el persistente problema de la deuda del país y estabilizar las finanzas públicas. El objetivo del plan es sacar a Italia del Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE) de la Unión Europea para el año 2026. No obstante, varios economistas han advertido que el plan, que propone un ajuste fiscal agresivo, podría frenar el crecimiento económico e incluso llevar al país a una recesión.
El ministro de Economía de Italia, Giancarlo Giorgetti, presentó el PSB con metas claras que buscan estabilizar el panorama fiscal del país. Entre los objetivos más destacados se encuentran:
- Crecimiento del PIB real: Se proyecta un crecimiento del 1,0% para 2024.
- Déficit en relación al PIB: Se prevé reducir el déficit al 3,8% en 2024, con el objetivo de bajarlo por debajo del 3% en 2026.
- Deuda en relación al PIB: La deuda, que se estima en un 134,8% del PIB en 2023, se espera que suba al 137,5% en 2027 antes de estabilizarse en el 134,9% en 2029.
- Superávit primario: Se espera lograr un pequeño superávit del 0,1% en 2024, marcando un cambio después de años de déficits primarios.
- Saldo primario estructural: Se proyecta un promedio del 1,1% del PIB entre 2025 y 2029.
Italia, que tiene una de las mayores deudas públicas de la eurozona, enfrenta el desafío de reducir la carga de su deuda, que limita el espacio para realizar inversiones orientadas al crecimiento. Se estima que los pagos de intereses de la deuda alcancen el 3,9% del PIB en 2024, lo que representa un obstáculo importante para las finanzas públicas.
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El ministro Giorgetti aseguró que el plan es “realista, creíble y prudente”, y subrayó que está diseñado para reducir gradualmente las tasas de interés sobre la nueva deuda y controlar el diferencial en los bonos del gobierno. Este enfoque es parte de un esfuerzo más amplio para restaurar la sostenibilidad fiscal de Italia y evitar la presión del mercado sobre los bonos del país.
A pesar de los ambiciosos objetivos, varios economistas han señalado que la consolidación fiscal agresiva puede tener efectos secundarios no deseados. Entre los críticos destaca Filippo Taddei, economista de Goldman Sachs, quien elogió el compromiso del gobierno italiano con la disciplina fiscal, pero advirtió que el ritmo de ajuste podría ser contraproducente si se produce una desaceleración del crecimiento.
Aunque la consolidación fiscal es uno de los pilares centrales del PSB, el gobierno también ha puesto un fuerte énfasis en la importancia de la inversión pública. En particular, el plan se apoya en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) de Italia, que espera impulsar el crecimiento del PIB en un 1,1% para 2031. La implementación total del PNRR hasta 2026 se centrará en sectores clave como:
- Reforma judicial
- Eficiencia de la administración pública
- Digitalización
- Mejora de la competitividad
- Fortalecimiento del entorno empresarial
Sin embargo, el gobierno es consciente de que la inversión pública por sí sola no será suficiente para cumplir con las metas a largo plazo del país. Por ello, el PSB también destaca la necesidad de atraer capital privado, esencial para financiar transiciones clave como la energía verde y la infraestructura tecnológica.
A pesar del optimismo del gobierno, los economistas han expresado serias preocupaciones sobre los riesgos de una consolidación fiscal agresiva. Filippo Taddei señaló que el plan depende en gran medida del crecimiento nominal impulsado por la inflación para reducir la deuda. No obstante, si el Banco Central Europeo (BCE) logra llevar la inflación de vuelta a su objetivo del 2% antes de lo esperado, el impacto en los ingresos fiscales podría ser negativo.
Además, Taddei identificó dos desafíos específicos que Italia enfrentará en el mediano plazo:
- Aumento de los costos de endeudamiento: A partir de 2025, se espera que las tasas de endeudamiento real de Italia se vuelvan positivas por primera vez desde 2020, lo que encarecerá el financiamiento de su deuda.
- Créditos fiscales en construcción: Los créditos fiscales emitidos entre 2021 y 2023 seguirán pesando en las finanzas públicas, añadiendo más del 2% del PIB al endeudamiento anual hasta 2027, lo que dificultará aún más los esfuerzos por reducir el déficit.
Taddei advirtió que si la consolidación fiscal se aplica con demasiada agresividad, podría limitar las perspectivas de crecimiento del país y empujar a Italia a una recesión para el año 2030.
El Plan Estructural de Presupuesto traza un camino audaz hacia la estabilidad fiscal, pero el éxito dependerá de la capacidad del gobierno para mantener un delicado equilibrio entre la disciplina fiscal y el apoyo al crecimiento económico. Las medidas de ajuste fiscal, si son demasiado estrictas, podrían tener el efecto contrario al deseado, restringiendo la actividad económica y agravando los problemas financieros del país.
Italia se enfrenta a un futuro incierto, con múltiples desafíos que incluyen el aumento de los costos de endeudamiento y las presiones fiscales. Sin embargo, si se implementa de manera cuidadosa, el PSB podría ofrecer una solución a largo plazo para uno de los problemas económicos más persistentes del país: su abultada deuda pública. Por ahora, el camino hacia la estabilidad fiscal sigue lleno de obstáculos, pero el gobierno confía en que el plan pueda guiar a Italia hacia un futuro más seguro y estable.