
La aviación israelí ha lanzado una serie de ataques sobre objetivos de Hezbolá en Líbano, intensificando la tensión en la región tras la reciente escalada en Gaza. El bombardeo deja un saldo devastador de víctimas civiles y plantea nuevos desafíos para la estabilidad de Oriente Medio.
Beirut/Haifa, 23 de septiembre de 2024 – Al menos 182 personas, incluidas mujeres, niños y trabajadores sanitarios, han perdido la vida este lunes tras una serie de bombardeos aéreos israelíes en diversas zonas de Líbano controladas por Hezbolá, según ha informado el Ministerio de Salud Pública libanés. La cifra de heridos supera las 400 personas, lo que convierte este ataque en uno de los más mortíferos desde que se intensificaron los enfrentamientos entre Israel y la milicia chií, Hezbolá.
El ataque, que afectó principalmente a objetivos en el sur de Líbano, en el valle de la Beká y en el norte, cerca de la frontera con Siria, marca un nuevo punto álgido en el conflicto entre ambos bandos. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) señalaron que durante la ofensiva se atacaron 300 objetivos estratégicos de Hezbolá, incluidos almacenes de armas, centros de entrenamiento y lanzadores de cohetes.
Advertencia a los civiles: evacuación inmediata
Horas antes del bombardeo, las autoridades israelíes emitieron una advertencia a los residentes en Líbano para que abandonaran de inmediato las zonas controladas por Hezbolá. “Pedimos a todos los civiles que se alejen de los emplazamientos de Hezbolá, que son el objetivo de nuestros ataques”, declaró un portavoz militar israelí. La advertencia buscaba minimizar las bajas civiles, aunque la realidad en terreno refleja un grave impacto sobre la población civil que no tuvo tiempo o los medios para evacuar.
Según testigos, los bombardeos alcanzaron zonas densamente pobladas, lo que generó pánico entre los residentes. En la ciudad de Tiro, en el sur del país, se reportaron múltiples columnas de humo tras las explosiones, con edificios destruidos y vehículos incendiados.
El portavoz del Ministerio de Salud libanés condenó el ataque, calificándolo de “desproporcionado y cruel”, y advirtió sobre las dificultades de los equipos médicos para acceder a las zonas más afectadas. “Estamos lidiando con una catástrofe humanitaria. Los hospitales están desbordados y muchos heridos no pueden recibir atención médica urgente debido a la destrucción de las carreteras y los ataques continuos”, afirmó.
Hezbolá responde con ataques fronterizos
En respuesta a la ofensiva israelí, Hezbolá lanzó una serie de cohetes desde el sur de Líbano hacia ciudades del norte de Israel, incluida Haifa. Aunque la mayoría de los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, algunas explosiones se registraron en áreas civiles, causando daños materiales y heridas a varios residentes.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, emitió un comunicado poco después de los ataques, en el que condenó la ofensiva israelí y prometió continuar la “resistencia” contra la ocupación. “Este acto de agresión no quedará sin respuesta. Hezbolá y el pueblo libanés no permitirán que Israel siga con sus crímenes impunemente”, dijo Nasrallah.
Un conflicto en escalada
Los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá se han intensificado desde la escalada bélica en la franja de Gaza en octubre pasado. El conflicto, que en un principio se centraba en Gaza, se ha extendido a la frontera norte de Israel, donde Hezbolá ha aumentado su actividad militar. Los recientes ataques aéreos son la respuesta más contundente de Israel hasta el momento.
Israel ha justificado sus operaciones militares en Líbano como una medida preventiva para neutralizar la amenaza que representa Hezbolá, un grupo considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y otros países occidentales. “No permitiremos que Hezbolá siga acumulando armas y preparando ataques contra Israel. Cualquier instalación militar de Hezbolá es un objetivo legítimo”, declaró un alto funcionario de defensa israelí.
Sin embargo, las consecuencias de esta ofensiva han sido devastadoras para la población civil libanesa, que se encuentra atrapada en medio del conflicto. Los refugiados que huyeron de la guerra en Siria y que ahora se encuentran en Líbano también han sido afectados, con campos de refugiados destruidos por los ataques.
Reacciones internacionales y el papel de la ONU
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió a ambas partes que cesen las hostilidades y busquen una solución diplomática. “La violencia solo traerá más sufrimiento a las personas de ambos lados. Instamos a Israel y Hezbolá a actuar con moderación y a respetar el derecho internacional humanitario”, dijo Guterres en un comunicado.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de emergencia para tratar la situación en Líbano, en medio de llamados a imponer un alto el fuego inmediato. Mientras tanto, organizaciones humanitarias han alertado sobre el riesgo de una crisis humanitaria mayor si los combates continúan.
Un futuro incierto para Líbano
Líbano, que ya enfrenta una crisis económica y política sin precedentes, se encuentra ahora en una situación aún más vulnerable debido al conflicto con Israel. Las infraestructuras dañadas, la falta de recursos y la creciente tensión social agravan el panorama para el país árabe.
Para muchos analistas, el conflicto entre Israel y Hezbolá no muestra signos de solución a corto plazo. La región sigue siendo un polvorín, y la escalada actual podría desatar una guerra a gran escala que afectaría no solo a Líbano e Israel, sino a todo Oriente Medio.
Mientras tanto, las familias en Líbano lloran la pérdida de seres queridos y se enfrentan a un futuro incierto, con la esperanza de que algún día la paz prevalezca en una región marcada por décadas de violencia.